lunes, 30 de enero de 2012

¡estoy viendo el lobo!

Patri momentos antes de visualizar los lobos

Ya había salido el sol hacía un rato, serían pasadas las diez, llevabamos dos horas buscando por todos los alrededores la presencia del lobo. La mañana había sido bajo cero, heladora y aún teniamos el frío en el cuerpo. Las laderas del pico Mira estaban rasgadas de pistas y cortafuegos, con pinares de reploblación y matorrales bajos, por donde podría aparecer el bicho que buscábamos en cualquier momento. Patri se puso a mirar hacia una pista que pasaba debajo del pinar con el telescopio, en un cruce que nos parecía idóneo, el resto seguíamos con los prismáticos rastreando por todas partes. Y de repente, exclamó, casi gritó: -¡estoy viendo el lobo! Pegamos un bote de emoción y nerviosismo y apuntamos hacia donde nos indicaba. Y eran dos, quizá un macho grande y canoso que se paró en el cruce mirando hacia el barranco, y una hembra, más pequeña que le iba siguiendo. Nos pasamos el telescopio y los estuvimos viendo más cerca también Javi, Carlos y yo. ¡Que emoción! Fueron unos escasos minutos, se volvieron por sus pasos hacia atrás, a la otra ladera y desaparecieron. Una presencia fugaz, intensa, potente se quedó en mi cabeza. Lo habíamos visto, pisabamos tierra de lobos.

el cruce donde aparecieron los dos lobos

ladera de Mira con el cruce de cortafuegos

Patri, Javi y Carlos observando la zona desde otra vertiente

2 comentarios:

  1. Sentir la fauna salvaje, y concretamente lobo ibérico, ha sido como penetrar en la naturaleza...
    Gracias por compartirlo.
    javitxu

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