domingo, 31 de julio de 2011

Laguna

luz entrando en un cenote del yucatán mexicano


"En 1954 murió su amiga Frida Kalho...Me mandaron un baúl con artículos que habían pertenecido al señor Shepherd...Dentro del baúl había una carta de la señora Kahlo, dirigida a mí...La carta era muy extraña. Un dibujo de una pirámide bosquejada de trazos morados y de color café, y encima un ojo amarillo con lineas, como rayos de sol. Sobre el ojo había escrito "Soli", que pensé que significaba sol. Una nota arriba, con caligrafía casi de niño decía: "Volet Brown. Su amigo gringo murió. Alguien más está aquí". En inglés. No entendí nada. Como el hombre en la luna...
Encontré el cuaderno.Abrí la libretita encuadernada en piel y vi la escritura a lápiz de un niño quejándose de su madre y demás.Ah, lloré...Mi corazón se aceleró con la cueva que encontró debajo del agua y su preocupación por la luna, aprendiendo a esperar el día en que la marea lo empujara al otro lado sin ahogarse...Lo leí todo. El final feliz, como lo llamó. Porque eso fue lo que hizo en mis narices, mientras leía sentada. Nadó hacia la cueva para reposar entre los huesos o para salir del otro lado, caminando hacia la vida como otro hombre que no ha muerto.
Luchar o morir dependía de él. Sé que eligió. La señora Khalo debió de haberlo ocultado, ya metidos a eso, y debe haberle ayudado a comenzar de nuevo. Le encantaba ese tipo de cosas. Él ya había enviado el dinero. "Alguien más está aquí", escribió. Claro como el agua. Y también el nombre que usaba para él, olvidado hacía tanto tiempo. Fue idea suya que me mandara el mensaje, para tranquilizarme. Siento que también sé eso.
Tenía que sacar todos los demás cuadernos y volver a leerlos. Tres años antes los había leido todos con los ojos entrecerrados por el pesar y los había guardado, intentando olvidar hasta donde me fuera posible...con ese librito en su lugar, toda la historia es diferente. Por ese hueco entre la roca y el agua; laguna, le llamó. Esta vez lo leí con otro ánimo, entendiendo que el héroe estaba de pié, al final de su jornada. O al menos, vivo o muerto, entrevió una oportunidad y optó por arriesgarse. Lo que no se sabe no puede herirnos, dijo. Sí puede. Tantas cosas dependen de eso."

Barbara me cautiva de nuevo con sus palabras en la ultima novela que acabo de leer, Laguna. Me tocan  profundamente las personas que describe con intensa realidad, sus dudas y certezas, los claroscuros de su ser, los mundos que revela, su conexión e interrelación con el contexto que viven. Siento que hay mucha verdad puesta en juego. Me gusta su escritura que hace política enraizada desde lo personal, el de sus personajes y el de ella misma.

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