De ti volví a aprender el nombre de las cosas....de tu sereno misterio...a prescindir de lo inútil, que nada es precario...el brillo de tus ojos, a disfrutar del tiempo lento...a tirar el lastre de eso que es la existencia...aprendí a sumar lo lógico y lo incierto...borrar las señales de vuelo, para que los pájaros sean dueños del cielo...
De tí, Patri, mi amor. Hoy volveré a descubrir de tu mano la mágica luz de la luna roja, bajo el manto estrellado caminando a lomos de la montaña.
Pepillo, me emociona lo que me dices.
ResponderEliminarTe quiero
Jo! Qué emoción! Un beso grande a los dos. Os quiero mucho.
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