jueves, 5 de mayo de 2011

Democracia, poder y comunitario


Mapamundi/2
Al sur, la represión. Al norte, la depresión.
No son pocos, los intelectuales del norte que se casan con las revoluciones del sur por el puro placer de enviudar. Prestigiosamente lloran, lloran a cántaros, lloran a mares, la muerte de cada ilusión; y nunca demoran demasiado en descubrir que el socialismo es el camino más largo para llegar del capitalismo al capitalismo. La moda del norte, moda universal, celebra al arte neutral y aplaude a la víbora que se muerde la cola y la encuentra sabrosa. La cultura y la política se han convertido en artículos de consumo. Los presidentes se eligen por televisión, como los jabones, y los poetas cumplen una función decorativa. No hay más magia que la magia del mercado, ni más héroes que los banqueros.
La democracia es un lujo del norte. Al sur se le permite el espectáculo, que eso no se le niega a nadie. Y a nadie molesta mucho, al fin y al cabo, que la política sea democrática, siempre y cuando la economía no lo sea. Cuando cae el telón, una vez depositados los votos en las urnas, la realidad impone la ley del más fuerte, que es la ley del dinero. Así lo quiere el orden natural de las cosas. En el sur del mundo, enseña el sistema, la violencia y el hambre no pertenecen a la historia, sino a la naturaleza, y la justicia y la libertad han sido condenadas a odiarse entre sí.
El libro de los abrazos. Eduardo Galeano.

Esta noche empiezan las elecciones electorales municipales y autonómicas. Casi nunca he votado porque me ha parecido una tomadura de pelo. Siento una gran desafección por los partidos políticos que en su gran mayoría son estructuras jerárquicas de poder y correas de transmisión del gran poder económico que son los bancos y las transnacionales. Aún así, creo necesaria la organización de las mujeres y hombres que conviven en su comunidad o su pueblo. En grupos de consumo, en asociaciones y colectivos, en centros socioculturales, etc., en lo que sea. Conozco personas que viven en pueblos organizadas en agrupaciones electorales para romper esta lógica de poder y gestionar lo público de modo participado y escuchando a quienes viven ahí. En Quentar, en El Boalo está siendo así. Deseo que les vaya bien y puedan ponerlo en práctica. Esta noche acudiré a echarles una mano. Mañana también.

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