la primera luna llena del otoño

Anteayer me subí a la cresta de los porrones a ver atardecer y la luna que estaba casi llena.

Las crestas graníticas reflejan el sol mientras las sombras crecen, en lo alto del cabezón de granito veo asomar la luna y las nubes dispersas prometen un colorido atardecer.

En la otra vertienta aparece el yelmo y la pedriza anaranjados por los últimos rayos, la luna va subiendo y las nubes se tiñen de colores.

Anoche volví a ver la luna, esta vez llena. Y hoy amaneció lloviendo, asi ha seguido todo el día dejando nieve en estas crestas de los porrones y la Maliciosa. 

A la vez, Antonia ha empezado a avisar de su llegada al mundo, quizá esté con ganas de admirar esta belleza de la naturaleza, abandonando el confortable cuerpo materno y hacerse presente en el mundo. Seguro que somos su madre y yo quienes deseamos verle la carita y darle calor con nuestro cuerpo.