miércoles, 15 de febrero de 2012

de beneficios, bandos y enemigos

Cumbre Yalta 1945: Churchill, Roosevelt y Stalin.



"QUIEREME MUCHO

Los amigos de Adolf Hitler tienen mala memoria, pero la aventura nazi no hubiera sido posible sin la ayuda que de ellos recibió.
Como sus colegas Mussolini y Franco, Hitler contó con el temprano beneplácito de la Iglesia Católica.
Hugo Boss vistió su ejercito.
Bertelsmann publicó las obras que instruyeron a sus oficiales.
Sus aviones volaban gracias al combustible de la Standard Oil y sus soldados viajaban en camiones y jeeps marca Ford.
Henry Ford, autor de esos vehículos y del libro "El judio internacional", fue su musa inspiradora. Hitler se lo agradeció condecorándolo.
También condecoró al presidente de la IBM, la empresa que hizo posible la identificación de los judíos.
La Rockefeller Foundation financió investigaciones raciales y racistas de la medicina nazi.
Joe Kennedy, padre del presidente, era embajador de los Estados Unidos en Londres, pero más parecía embajador de Alemania. Y Prescott Bush, padre y abuelo de presidentes, fue colaborador de Fritz Thyssen, quien puso su fortuna al servicio de Hitler.
El Deutsche Bank financió la construcción del campo de concentración de Auschwitz.
El consorcio IGFarben, el gigante de la industria química alemana, que después pasó a llamarse Bayer, Basf o Hoechst, usaba como conejillos de Indias a los prisioneros de los campos, y además los usaba de mano de obra. Estos obreros esclavos producían de todo, incluyendo el gas que iba a matarlos.
Los prisioneros trabajaban también para otras empresas, como Krupp, Thyssen, Siemens, Vart, BOsch, Daimler Benz, Volkswagen y BMW, que eran la base económica de los delirios nazis.
Los bancos suizos ganaron dinerales comprando a Hitler el oro de sus víctimas: sus alhajas y sus dientes. El oro entraba en Suiza con asombrosa facilidad, mientras la frontera estaba cerrada a cal y canto para los fugitivos de carne y hueso.
Coca-cola inventó la Fanta para el mercado alemás en plena guerra. En este período, también Unilever, Westinghouse y General Electric multiplicaron allí sus inversiones y sus ganancias. Cuando la guerra terminó, la empresa ITT recibió una millonaria indemnización porque los bombardeos aliados habían dañado sus fábricas en Alemania. 


                             FOTOS: MAPAMUNDI.

Costa de Crimea, Yalta, febrero de 1945.
Se reúnen los vencedores de la segunda guerra mundial.
Churchill, Roosevelt y Stalin firman acuerdos secretos. Las grandes potencias deciden el destino de varios países, que demorarán dos años en enterarse. Unos seguirán siendo capitalistas y otros serán comunistas, como si tan tremendo salto histórico pudiera reducirse a un cambio de nombre que se decide desde afuera y desde arriba.
Tres personas dibujan el nuevo mapa del mundo, fundan las Naciones Unidas y se atribuyen el derecho de veto, que les garantiza el poder sbsoluto.
Las cámaras de Richard Sarno y Robert Hopkins registran la impasible sonrisa de Churchill, el rostro de Roosevelt, ya visitado por la muerte, y los ojos astutos de Stalin.
Stalin todavía es el Tío Joe, pero pronto trabajará de villano en la película llamada Guerra Fría, de inminente estreno."

Eduardo Galeano:
Espejos. Una historia casi universal. Siglo XXI. Madrid.


Primera regla del capitalismo global: beneficio a toda costa. Para eso se inocula el virus del están conmigo o contra mí, en nuestro bando o en del enemigo.
Estas consignas del capitalismo moderno son aplicables también a las tensiones guerreras actuales en diversas partes del planeta, desde Siria, Irán pasando por Asia Central. Y generadas, entre otras razones, por el control de los recursos energéticos para seguir consumiendo a toda velocidad e incrementar los beneficios de la industria militar, pisoteando siempre la vida de las mujeres y hombres de todas partes. Y engañando a la gente occidental con los medios de desinformación masiva, para que nos creamos la enésima intervención humanitaria de la OTAN al más puro estilo goebbeliano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario