sábado, 9 de julio de 2011

mi cuerpo me place (y es sagrado)

disfrutando de las cigueñas y el oceano en los acantilados de cabo sardao


Soy consciente que soy hombre y ahora mucho mas, y tengo un cuerpo que es el mio, un cuerpo indispensable, como dice Milagros Rivera. Un cuerpo de hombre que me ha acompañado durante toda mi vida, que me permite ser lo que soy, que cambia perceptiblemente a mis ojos y que reconozco bien porque me gusta verlo y sentirlo (ahora mejor, que me voy aceptando más). Ahora puedo decir que mi cuerpo me place porque he aprendido a conocerlo y a disfrutarlo, a ver sus posibilidades y sus limitaciones, lo que más me gusta y lo que menos y aceptarlo todo. Me gusta cuidarlo, saber qué le sienta mejor y que le molesta, integrarlo en la vida cotidiana, sin prisa, sin pausa, descubrir qué desea, pensar de donde viene ese deseo, hacerlo realidad en la medida de lo posible, sin obligaciones, vivir y disfrutar sin más, ni menos.
Mi cuerpo son mis manos, mi piel, mis pies, mis ojos, mi boca, mis oidos, mis pelos, mi pecho, mi tripa, mi culo, mi pene, mis dedos, mis pulmones, mi corazón, mi estómago, mis nervios, mi sangre... que visualizo como si estuviera haciendo una relajación. Tambien es mi cerebro y todas las ideas y pensamientos que crea. Soy consciente que es un todo interconectado. Lo racional y lo emotivo estan intimamente ligados, no lo entiendo separado sino estrechamente conectado.
He sentido mucho tiempo el peso de la construccion patriarcal de la masculinidad en mi propio cuerpo y en mi mente. Una construcción que me ha provocado inseguridad, miedo, que me ha aplastado muchas veces y ha puesto muros a mi libertad como hombre, que me ha querido guiar por la senda de la autosuficiencia, la violencia y el poder, como a tantos otros hombres. No sé como pero me he alejado desde que era pequeño de ese destino que no me gustó nunca y que ahora detesto tanto, inventando nuevos caminos que me permiten disfrutar de mi y las relaciones amorosas. Ese modelo que me aplastaba porque era más bajito y débil que los demás en el colegio y el instituto, porque tartamudeaba en el colegio y los demás se mofaban de mi, porque era gordito y no corria mucho en el rescate y el futbol, porque no ligaba como el que más porque no era ni guapo ni echao palante, porque no sobresalia en nada importante y encima era un empollón, por tantas cosas impuestas a donde habia que llegar como todos los demás chicos y que fui esquivando de un modo u otro. Me rechinaba ese horizonte vital y me fui inventando el mio propio.
Una carencia trascendente que siento es el aprendizaje sobre mi sexualidad y la relacion con las chicas. Es hace poco tiempo cuando siento que estoy más consciente de las relaciones, que empiezo apenas a relacionarme de un modo libre y placentero. Cuantas inseguridades y miedos me hubiera evitado si hubiera sido antes lo que ahora estoy aprendido de mi sexualidad y las relaciones con algunas mujeres y hombres cercanos y con el seminario. Ahora me veo dando los primeros o los segundos pasitos y me siento contento de las posibilidades de mi cuerpo sexuado masculino, de ir descubriendo un gozo amoroso conmigo y con mis personas queridas.
Me place la relacion creada con personas queridas y cercanas, con mi madre, con mi padre, con mi familia, mis amigos, mis amigas. Aqui pongo en juego lo que soy con cada persona y en cada momento
Me emocina saber ver y apreciar la belleza de cada instante y de cada lugar donde esté, sea un rincón de la pedriza, el paseo por el centro de madrid o ahora en casa.
Me da gusto no conformarme con un rincon tranquilo donde refugiarme del mundo (en la pedriza, en la montaña, en una relacion, en un libro) para olvidarme del resto y quedarme acomodado en un tiempo y espacio. Me gusta caminar a gusto en el devenir del tiempo, en el vertigo del todo posible, de la libertad infinita, de la relación sin fin. Y me consuela tambien tenerlo para sosegar mi angustia cuando aparece, mis desasosiegos cuando afloran, mis miedos, mis bloqueos...
Me da un enorme placer dormir en el campo al aire libre, pasear por sitios conocidos y descubir otros nuevos, tocar la rugosidad de la roca, oler la humedad del bosque, recorrer los perfiles de las crestas montañosas, ver las tonalidades cambiantes de un atardecer hacia un lado y otro del horizonte, como aparecen las primeras estrellas, el sonido del carabo, de los grillos en verano...
Me place soñar con nuevos horizontes vitales y sentir que puedo hacerlos realidad.
Me placen tantas cosas, unas que fueron, otras que ahora comozco, otras que vendrán, y sonrio pensando que tengo toda la vida para descubrirlas.

corriendo al agua en la playa de Lagos











2 comentarios:

  1. Gracias por esta entrada. Me place leerla y saber que tu cuerpo te place. Besos.

    ResponderEliminar
  2. Pepe, precioso lo que has escrito, como tú.

    besitos

    ResponderEliminar