"Aceptar la muerte es vivir la vida. Para morir como ha muerto Ramón, hay que haber vivido antes.
La vida habita entre límites. Vivir es ver, como él nos enseña, los límites del crecimiento y la acumulación. También los límites del poder opresor. Y aceptar los límites colectivamente e individualmente es ser más libres, más dignas.
Vivir es celebrar la vida con la vida: con Ana; con esa familia de la que, lo que más sabemos, es que se quiere mucho; y con esa otra familia incompleta, diversa, inconforme, rebelde e imperfecta de la que forma parte, los movimientos sociales.
La vida solo es vida cuando es libre, pero libre en interdependencia, no en ilusoria independencia.
La vida rabiosa que no se conforma.
Vida es sinónimo de evolución, de cambio sin fin, de transitar por el pacifismo, la autonomía y el feminismo.
Y vida es riesgo y compromiso.
Y ahora que su vida ha llegado al final, Ramón nos ha hecho sus últimos regalos: un libro-brújula en la noche que nos acecha; el de poder mostrarle nuestro amor antes de que él ya no lo pudiera recibir; y sobre todo, el de enseñarnos cómo llevar la vida hasta la muerte."
Retazos de semblanza, in memoriam Ramón Fernández Durán, en Ecologistas en acción
y más cosas en Horizonte Ramón Fernández Duran
Me ha gustado cómo Ramón Fernández Durán le puso palabras a la enfermedad y a la muerte.
ResponderEliminarMe gusta esa foto que has puesto. Y pienso en ella, su compañera...
besos
Cada día veo con más claridad que vivir es, de algún modo, morir. Y que morir tiene que ver con el hecho de vivir. Besos.
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